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Corazón de trapo

Carta a mi Guerrero de la Luz

 

Fíjate qué horas me dan delante del ordenador...

Desde que leí lo que me has escrito en el libro, este mediodía nada más llegar a casa, me he quedado en estado de shock... No estoy muy segura de qué contestarte, y aunque he estado tentada un millón de veces de escribirte un mensaje al móvil, otro millón de veces he cambiado de opinión porque ni en todos los mensajes del mundo sería capaz de condensar todas las cosas que me has hecho pensar y sentir...

"Apartarse de la pasión, o entregarse ciegamente a ella, ¿cuál de las dos actitudes es la menos destructiva?"...

Cuánta verdad en apenas un par de páginas... No sé cuál es la respuesta a esa pregunta, imagino que puesto que las dos son destructivas de algún modo, cada uno tiene la opción de elegir qué parte de sí mismo es la que está dispuesto a sacrificar, porque cuando elegimos un camino, ya sabemos de antemano el precio que vamos a pagar por él. A la persona conservadora, a los "ingenieros de las cosas superadas", como tú los llamas, efectivamente la pasión le parecerá la peor de las amenazas, capaz de hacer tambalear los cimientos de la propia existencia, de sus propias relaciones estables, con la misma facilidad con que una ráfaga de viento destruye un castillo de naipes sin importarle la minuciosidad, paciencia y esmero con la que lo hemos construido.

Pero para los que nos negamos a domesticar nuestra necesidad de Amor hasta el extremo de reducir nuestra Búsqueda a algo organizado y convencional, y guiamos nuestras relaciones por el instinto, y nunca dudamos en abrir nuestro corazón a los intensos sentimientos producidos por el contacto con los demás... Para nosotros, animales irracionales, depredadores accidentales de los corazones débiles, apartarnos de la pasión supone la muerte irremediable del alma, si es que acaso los seres como nosotros merecemos tenerla...

Imagina por un momento que el amor pudiera tener dos dimensiones: una horizontal, encerrada en el tiempo y en el espacio, y otra vertical, que representara la eternidad. En este contexto, una relación convencional se halla en el plano horizontal y está limitada por el tiempo. Los "ingenieros de las cosas superadas" tienden a buscar la permanencia dentro de esa relación, temporalmente limitada, y a menudo niegan la presencia del Amor en favor de necesidades humanas como la seguridad y la conveniencia. Pero esta permanencia no colma el corazón, que tiende a la eternidad y desea estar siempre enamorado. Porque como tú dices, el verdadero amor no está en el Otro, sino dentro de nosotros mismos, aunque necesitemos del Otro para despertarlo. Y despertarlo sería muy fácil si permitiéramos que nuestros corazones hablasen sencilla y libremente en todo momento, sin serias ataduras sentimentales cuya única finalidad es sujetar y apresar al amado para siempre.

"Ingenieros" contra "irracionales". Aunque mi postura está de sobra definida, ni quiero ni puedo convencer a nadie para que se una a uno u otro bando, porque no me queda más remedio que admitir que estoy frente a otra dualidad más, otra moneda de plata con su cara y su cruz. ¿Qué sería de los unos sin los otros? Nos necesitamos mutuamente, y acaso estamos aquí para entrecruzarnos como en un peculiar Ciclo de Saros, y para compensarnos de forma recíproca justo cuando más falta nos hace.

Hasta hace poco me consolaba con una frase que decía que “las mujeres empiezan amando a un hombre y terminan amando el amor, y los hombres empiezan amando el amor para terminar amando a una mujer”. Pero ahora creo que no es una cuestión de sexos, sino de lobos esteparios perdidos en medio de los rebaños.

 

 

2 comentarios

Corazón de Trapo -

Querido Demian,

qué alegría tenerte al fin aquí, ni te imaginas cuánto te he esperado...

Los lobos esteparios no están exactamente perdidos, porque para estar perdido hay que estar buscando un lugar, y los lobos saben que no hay un sitio para ellos. Por eso deambulan entre los rebaños, y a veces el único aliciente es la posibilidad de encontrar otros seres como ellos que brillen en medio de lo mediocre y cotidiano...

Demian -

"El que quiere nacer tiene que romper un mundo"
Sí, este blog parece ser de algún lobo estepario, pero no parece que esté perdido, sino sólo algo desorientado...