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Corazón de trapo

Ssssshhh...

Y una vez más, el silencio se alzó entre nosotros como un muro invisible pero infranqueable, separándonos cada vez más de los sueños y de los anhelos compartidos. Ese horrible silencio que nos apartaba al uno del lado del otro para colocarnos frente a frente, como dos perfectos extraños, que miran sin ver, con los ojos vacíos, a una fuente de los deseos a la que alguien le ha robado ya todas las monedas.

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